Dickens lo condenó hace más de 160 años: "tengo este lento y diaria manipulación de los misterios del cerebro, para ser infinitamente peor que las torturas del cuerpo: y porque sus signos espantosos y fichas no son tan palpables a la vista y el sentido del tacto como cicatrices de la carne, porque sus heridas no están sobre la superficie, y que se cobra unos gritos que el oído humano puede escuchar;. por lo tanto cuanto más se denuncian, como un castigo secreto que la humanidad no está dormido despertó hasta me quedo vaciló una sola vez, debatiendo conmigo mismo, si, si yo tuviera el poder de decir 'Sí' o 'No', que le permitiría a ser juzgado en ciertos casos, cuando las condiciones de reclusión eran cortos, pero ahora, declaro solemnemente, que sin premios o distinciones honoríficas podía caminar un hombre feliz bajo el cielo abierto durante el día, o mentir por mí en mi cama por la noche, con la conciencia de que una criatura humana, para cualquier periodo de tiempo, no importa qué, estaba sufriendo este castigo desconocido en su celular en silencio, y yo la causa, o que su consentimiento para que en lo más mínimo. " Pero este mismo momento, más de 25.000 prisioneros en los EE.UU. están siendo sometidos a ella. Su terribles efectos son bien conocidos .
Los acontecimientos recientes han contribuido a poner de relieve en él. Pero más amplia indignación falta.
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